Metallica: Los discos malditos (I) - Load
Locky Pérez
Con
Kill’ Em All, fue la revolución y la rebeldía, en Ride The
Lightning perfeccionaron una nueva manera de entender el metal, llegó
Master Of Puppets y se convirtió en una obra maestra. …And Justice
For All, ratificó, con cierta polémica, su exitosa fórmula, y con
el Black Album alcanzaron un triunfo masivo y el reconocimiento
mundial como la banda de metal más importante de la historia.
Hasta
entonces, la música de Metallica, a pesar de los evidentes cambios
estilísticos que mostraban en su quinto álbum de título homónimo,
no había sido cuestionada en exceso. Quizá algún inconformista
recalcitrante con ganas de fastidiar y poco más.
En
1991, por fin habían conseguido alcanzar el número 1 en las listas
del Billboard, la Biblia en cuestiones musicales. Estaban en la
cumbre de su carrera y había llegado la hora del cambio, de buscar
otras alternativas y “nuevas rutas de expresión”, según
declaraciones del propio Lars Ulrich.
Después
de haber dejado pasar cinco años sin entregar una grabación de
estudio, el tiempo más extenso desde su debut discográfico,
Metallica sorprendieron a todos sus seguidores con la edición de
Load, el primero de los tres “álbumes malditos” que “manchó”
su inmaculada carrera junto a Reload y St. Anger, convirtiéndose en
su período más polémico, del cual trata esta serie de tres artículos.
LOAD
¿Es
malo o mediocre Load? Planteada así de desnuda, la pregunta no puede
responderse de una forma rotunda. Evidentemente, algo bueno debe tener un disco que llegó
a vender 5 millones de copias y consiguió para Metallica un nuevo
número 1 en el Billboard (permaneciendo cuatro semanas consecutivas
en lo más alto), cosa que ni siquiera logró Master Of Puppets, por poner un
ejemplo.
La
cuestión radica en que, mientras la desaceleración de los temas y
la disminución de la agresividad vocal espantaron a los
“metalheads” habituados a “cosas” más enérgicas, por otra
parte, significó la apertura de fronteras hacia un público de
gustos menos radicales. De esta forma, ganaron una nueva generación
se seguidores, compensando la perdida de quienes renegaron de su
“nuevo perfil”.
Está
claro que los miembros de Metallica querían evolucionar todo lo
que les permitiese su privilegiada posición. Y si el disco resultaba
más accesible, no iban a encontrar impedimentos con su compañía
discográfica que, por otra parte, no dio el visto bueno para que se
convirtiera en un álbum doble como era la intención inicial.
El
cambio no llegó solo en lo musical; si la nueva propuesta sonora
dejó a muchos “escocidos”, su nuevo “look” personal así
como el retoque del logotipo llegó a provocar acusaciones de traición.
La
formación al
completo, James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Jason Newsted,
apareció con una imagen distinta, con los pelos considerablemente
más cortos de lo habitual; asimismo, en la contraportada aparecían
con vestimentas de marcado estilo caribeño, alejadas completamente
de las camisetas y tejanos de siempre. Además, a Kirk Hammett, no le
importó exhibirse con levitas de época y camisas con puños de
encaje, exasperando a aún más a los “metalheads”.
La
portada de Load, con el logotipo de la banda sensiblemente reformado prevaleciendo la sobriedad de los rasgos por encima de los trazos
puntiagudos del anterior, tampoco resaltaba por su creatividad. La
imagen abstracta que se observa pertenece a la obra del fotógrafo
Andrés Serrano y está realizada a base de sangre y semen de oveja.
Las
letras, más introvertidas, tampoco facilitaron la comprensión de su
contenido. Sin embargo es justo reconocer que los tiempos habían
cambiado y, sobre todo, James Hetfield, sintió la necesidad de
contar historias personales, relacionadas con sus progenitores. Por
ejemplo, “Until It Sleeps” y “Mama Said” tienen que ver con
la muerte de su madre debido a un cáncer y a su negativa a recibir
tratamiento debido a sus creencias religiosas.
Cambios
estilísticos aparte, el hecho de contar de nuevo con Bob Rock en la
producción constata la intención de continuar ofreciendo calidad.
Lo cierto es que Load sigue incluyendo los pesados riffs “marca de
fábrica” pero su concepto está influenciado de forma subyacente
por el blues así como por el llamado “rock alternativo”, en
pleno apogeo en la década de los noventa, además de introducir
ingredientes diversos como los matices country en “Mama Said”.
En
el fondo, no deja de ser un disco de metal, pero los perfiles del
thrash más aguerrido desaparecen para dejar espacio a nuevas
texturas.
EL
CONTENIDO
Las
dos primeras composiciones de Load, “Ain’t
My Bitch” y “2 X 4” no
desentonan dentro de su trayectoria. Ambas poseen un gancho especial,
son enérgicas y cuentan con poderosos riffs de efectivas
distorsiones. Hetfield sigue mostrando su particular registro vocal
con los habituales toques de agresividad, mientras Lars marca los
tiempos con contundencia y Kirk se luce en las partes solistas. Son
piezas que fácilmente pudieron ser asimiladas por los seguidores que
no les abandonaron cuando apareció el Black Album.
En
“The House Jack Built”, aunque permanecen los riffs energéticos,
James ya cambia más los tonos, suavizando sus texturas en
determinadas partes. Además, nos descubre una interesante habilidad
a la hora de modular las frases en clave melódica. También aparecen
sugestivas partes de guitarra con efectos distorsionados.
“Until
It Sleeps”, destapa los parámetros menos agresivos aunque no
desaparezca la instrumentación contundente alternada con partes
delicadas donde el protagonismo recae en la voz. Evidentemente, es
una canción accesible como lo demuestra haber sido elegida como
single. El
correspondiente vídeo fue premiado como el mejor del año 1996 en la
categoría de metal por la MTV. Asimismo, fue designada como mejor
canción de metal/hard rock en la gala de los “American Music
Awards” de ese mismo año.
Con
“King Nothing”, retoman la senda enérgica pero siempre dentro de
unos límites marcados por los riffs de grueso calibre y la comedida
pero potente batería, mientras que “Hero Of The Day”, otro de
los cuatro singles, nos vuelve a mostrar los rasgos más accesibles
de Load con Hetfield aportando mucho sentimiento vocal además de
volver a exhibir sus cualidades en los versos más suaves. Una
canción donde la melodía y la contundencia tienen sus propias
parcelas y conviven en armonía.
Hasta
ahora el álbum, con el evidente distanciamiento con respecto a sus
anteriores obras, es entretenido y sólido. Sin embargo, cuando llega
el turno de “Bleeding Me” comenzamos a notar cierta repetición
de esquemas. No es una canción mala, pero su dinámica lenta empieza
a ser algo cansina, se nos antoja menos efectiva que las anteriores y
podría ser prescindible, algo que hubiera acortado la excesiva
duración del disco y mejorado el resultado final. Lo mismo sucede
con “Cure”, sigue sonando a Metallica, hay interesantes partes
solistas y buen dinamismo instrumental pero algo mimetizado.
“Poor
Twisted Me”, sin aumentar la agresividad, tiene la particularidad de
que aporta unos parámetros cuyas sonoridades, si escuchamos
atentamente, nos acercan a Led Zeppelin, una variante digna de tener
en cuenta.
En
“Wasting My Hate” aceleran algo los ritmos; su machacona batería
así como un sugestivo riff provoca nuevas vibraciones sacándonos
del tedio. No obstante, la balada de acento country “Mama Said”
nos regresa a los momentos más calmados, de hecho, estamos ante el
tema más suave del disco, con James cantando con más sentimiento
que nunca, no en vano la letra concierne a su madre.
En
“Thorn Within”, con presencia inicial del bajo de Jason, nos
encontramos con las mismas premisas que otras composiciones, un riff
efectivo domina la atmósfera de dinámica groove pero de ritmos
contenidos, encuadrados siempre en el mismo punto de aceleración
comedida.
El
efectivo trabajo de guitarras en “Ronnie” nos transporta hasta el
hard rock setentero propio de formaciones como Nazareth, obviamente,
con las consustanciales diferencias. Y llegamos al final del largo
viaje con “The Outlaw Torn”, otro de los temas donde se puede
notar el bajo con mayor presencia y que produce las mismas
sensaciones que “Bleeding Me”, precisamente los dos cortes de más
duración y los que, eliminados del listado, no desestabilizarían el
contenido global de la obra.
La
reflexión definitiva que se desprende tras la escucha de Load es la
de que se trata de un más que interesante álbum. En otra onda, si se quiere,
pero con mucha sustancia.
Metallica no decepcionan, salvo puntuales
momentos en los que pueden sonar algo repetitivos pero, en un trabajo
de más de 78 minutos, son circunstancias colaterales. Lo primordial
es que, dentro del evidente cambio de orientación, se mantienen
cercanos a sus ideales sin perder, ni originalidad ni creatividad,
aunque el disco se resienta por su excesiva duración.
Es
lógico que los seguidores de unas composiciones mucho más
tremendistas e iracundas quedasen descolocados ante esta nueva etapa.
Esto no significa que Metallica perdieran el rumbo, simplemente
cambiaron sus coordenadas para, repitiendo la frase de Lars,… tomar
“nuevas rutas de expresión”.
FICHA
TECNICA
TITULO:
Load
AÑO:
1996
DISCOGRAFICA:
Elektra Records
GRABACION:
The Plant Studios (Sausalito) California
PRODUCCION:
Bob Rock, junto a Hetfield y Ulrich
DURACION:
78,59
minutos
LISTA
DE TEMAS: Ain’t My Bitch, 2x4, The House Of Jack Built, Until It
Sleeps, King Nothing, Hero Of The Day, Bleeding Me, Cure, Poor
Twisted Me, Wasting My Hate, Mama Said, Thorn Within, Ronnie y The
Outlaw Torn
SINGLES:
Until It Sleeps, Hero Of The Day, Mama Said, King Nothing.
Cuando escuché Load tambien me decepcioné, pero en vista de lo q han hecho del 2008 para acá, he llegado he revalorizarlo: Load no es mediocre, simplemente no es brillante. Era diferente a lo q habían hecho hasta entonces, y por ese afán de no repetirse y buscar nuevas cosas se le perdona. El St. Anger también ha ido creciendo en mí, se ha convertido en un gusto adquirido. Los q para mí no tienen perdón son Reload (las tres primeras canciones buenas, y el resto para el olvido) y los dos últimos.
ResponderEliminarTambién creo que Load es mucho mejor que ReLoad. Por otra parte, sería interesante escuchar St. Anger con nueva producción.
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