Eurocopa 2024 (cuartos): España-Alemania 2-1: El día en que España jubiló a un Kroos desconocido

 


Por el juego exhibido durante la Eurocopa 2024, era un secreto a voces que el España-Alemania anticipaba una posible final. Como así quedó demostrado después de los 120 minutos que tuvieron que jugarse para decidir al vencedor.


Fue un partido jugado con intensidad, de poder a poder, de distintas fases, con cada selección haciendo lo que mejor sabe y teniendo sus ocasiones cerca del área. Pero hubo un dato importante en los primeros compases, el “general” Toni Kroos, situado en tareas inusualmente defensivas, emprendió una misión indigna de su historial, la caza y captura del “enemigo” y el primero que cayó fue Pedri, duró siete minutos sobre el césped. En la siguiente jugada, Kroos mantuvo su línea agresiva dando un pisotón a Lamine Yamal sin que el árbitro le sacara la tarjeta amarilla. Y así fue durante todo el partido. Entrada tras entrada el “gran” Toni Kroos, el que nos emocionó en su despedida del Real Madrid en la final de la Champions empañó su imagen de “gentleman”, mostró su lado oscuro y se hizo acreedor de la expulsión sin que el juez del partido se enterara.

Confirmada la lesión de Pedri y con Dani Olmo como sustituto, el destino le tenía reservada una “jugada” a los alemanes. Primero fue Lamine, sacó de sus numerosos recursos “juveniles” un pase trazado con milimétrica precisión para que Dani, el Dani sustituto de Pedri, inaugurara el marcador.

Además de la agresividad defensiva que le había supuesto ir acumulando tarjetas amarillas, Rudiger, Raum...(cualquiera menos Kroos), Alemania puso en funcionamiento su maquinaria de excelente fútbol ofensivo para tratar de nivelar el marcador y el seleccionador sacó a su recurso más temible... Füllkrug.

Con Alemania apretando y España retrocediendo, en una decisión discutible Luis de la Fuente quiso oxigenar a la selección y cambió a Lamine por Ferrán. Quizá demasiado pronto, España perdía parte de su explosividad en una de sus alas.

¡Por fin! Tarjeta amarilla a Kroos por agarrón a Olmo, mientras tanto, la presión alemana continuaba en las botas de Musiala, Havertz, Wirtz y, como no, Füllkrug, que envió el balón al palo. Se “mascaba la tragedia” y Nagelsmann recurría a la vieja guardia dando entrada a Müller para acabar por desestabilizar a España.

Por su parte, De la Fuente modificaba otras dos piezas de su delantera, un entendible cambio de Oyarzabal por Morata y otro algo más sorpresivo de Mikel Merino por Nico Williams, con lo cual, definitivamente, España se quedaba sin sus mayores referentes por los extremos. Aunque, visto lo visto, quién le puede discutir ese movimiento al seleccionador español.

Se acercaba el final del partido y Alemania agobiaba a España en su terreno. Nacho sudaba lo suyo para detener las acometidas de Füllkrug, Unai Simón tiraba de experiencia y reflejos y Carvajal se multiplicaba evitando remates letales de los alemanes. Y en el 89 llegó el mazazo con el remate de Wirtz. A un minuto del final Alemania obtenía su recompensa y en España aparecía el “síndrome de las ocasiones perdidas”.

Llegó la prórroga y, sin sus señas de identidad en los extremos de la ofensiva, España parecía carecer de los argumentos necesarios como para decantar el marcador a su favor mientras que los alemanes tenían a todo un “ejército” en la ofensiva.

España aguantó el vendaval alemán, se rehízo en la zona media y empezó a controlar la situación, no sin pasar sustos en su área como el balón que dio en el brazo de Cucurella de manera involuntaria como así lo entendió el árbitro y que los alemanes recordarán hasta el fin de los tiempos.

Y llegó, el ajuste de cuentas. Dani Olmo, aquel que había sustituido a Pedri “eliminado” por las brusquedades de un Kroos excesivamente agresivo, y autor del primer gol español, lanzó un medido pase al área alemana para que Mikel Merino (recordemos, el sustituido de Nico Williams) rematara de cabeza a las mallas ante la impotencia de Rudiger y la mirada de decepción de Kroos, que fue testigo en primera fila de la derrota de su país.

Fue el día en que España jubiló a un Kroos desconocido, el día que que por vez primera ganó al anfitrión de una Eurocopa, el día en que Mikel Merino marcó en el mismo estadio que lo había hecho su padre 33 años antes, el día que los alemanes que habían marcado el empate a un minuto del final, perdieron también a un minuto del final. El fútbol te da, el fútbol te quita.





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