Vocalistas de emergencia (2): Iron Maiden y Blaze Bayley

Locky Pérez

Hay momentos en la historia de una banda en que las circunstancias obligan a sus componentes a tomar decisiones drásticas. En algunas ocasiones pueden resultar beneficiosas pero también ser equivocadas y obligar a la rectificación ante males mayores. Algunos de estos casos se dan cuando uno de los miembros deja el grupo o es expulsado. Sustituirlo, dependiendo de su importancia dentro de la banda, puede ser complicado. 

En esta serie de artículos está dedicada a algunos vocalistas que fueron escogidos como solución de emergencia y su aporte discográfico resultaría, cuando menos, polémico. Si su legado valió la pena queda para el lector juzgar por sí mismo. Tras la primera entrega dedicada a Black Sabbath e Ian Gillan, ahora es el turno de Iron Maiden y Blaze Bayley. 




IRON MAIDEN – BLAZE BAYLEY

Periodo: 1994-1999
Álbumes:
The X Factor (1995)
Virtual XI (1998)



Blaze Bayley no pudo resistirse a la llamada de Iron Maiden. Y con toda razón. Le habían ofrecido un "caramelo" difícil de rechazar aunque resultó ser un "dulce envenenado". No obstante, el vocalista nacido en Birmingham, nunca se ha arrepentido de su paso por la "Dama de Hierro", todo lo contrario. Siempre tiene palabras de agradecimiento cuando habla de esa etapa de su carrera, de la que, por otra parte, ha sabido sacar provecho. Algo que nadie se lo puede reprochar.

Lo cierto es que Steve Harris había quedado impresionado con el trabajo de Bayley cuando Wolfsbane fue el grupo invitado en 1990 durante la gira de No Prayer For The Dying y esa fue su elección.

ANTES:
Blaze Bayley comenzó su carrera como cantante en 1984 cuando se puso en marcha la trayectoria de Wolfsbane, grupo inglés de heavy metal con el que grabó tres álbumes antes de que Iron Maiden solicitase sus servicios, Live Fast Die Fast (1989), Down Fall The Good Guys (1991) y Wolfsbane (1994), además de algunos EP's.

Wolfsbane, no era una banda de primera fila pero estaba consolidando su lugar en el universo del heavy metal británico, algo que se truncó en 1994 cuando Bayley se vinculó a Iron Maiden y el grupo se disolvió. En 2007 y 2009 hubo reuniones puntuales y en 2010 regresaron de forma definitiva hasta la actualidad.

DURANTE:

La década de los noventa, con el grunge dominando las listas de éxitos, no fue la más propicia para los grupos de heavy metal. Bayley llegaba con toda ilusión, aunque la tarea de sustituir a un ídolo como Bruce Dickinson no iba a resultar fácil. Además, la situación particular de la banda no era la mejor y se convertiría en una de las etapas creativas menos imaginativas de Steve Harris y compañía. 

El legado de Bruce pesaba demasiado y dos álbumes con escaso éxito provocaron la salida de Bayley, plasmándose el deseado retorno de Dickinson quien, por su parte, tampoco había triunfado como se esperaba en su aventura en solitario a pesar de haber grabado interesantes álbumes. El aficionado quería a Bruce y Maiden juntos, no separados.

Síntoma de que la presencia de Blaze Bayley, más que deseada fue obligada por las circunstancias, es que Iron Maiden no grabaron álbumes en directo mientras estuvo presente el sustituto temporal de Dickinson y eso que la gira de presentación de The X Factor se prolongó durante dos años en los que visitaron alrededor de medio centenar de países. 




DESPUES:

Nada más abandonar Iron Maiden de forma forzosa, Blaze Bayley no perdió el tiempo y puso en marcha su propio proyecto. En principio, bajo el nombre de Blaze, grabó entre 2000 y 2004 tres álbumes de estudio, Silicon Messiah, Tenth Dimension y Blood & Belief, y uno en directo titulado As Live As It Gets

Esta etapa resultó algo conflictiva, teniendo que reemplazar a varios componentes de la banda en diversas ocasiones hasta el punto de utilizar músicos de sesión para terminar el tercer álbum de estudio, además de verse obligado a contratar a músicos temporales para las presentaciones en directo de dicho álbum al abandonar algunos miembros en plena gira.

En 2007 el vocalista inició una nueva etapa bajo la denominación de su nombre y apellido Blaze Bayley, para la cual contó con nuevos músicos y grabó The Man Who Would Not Die y Promise And Terror. Con el transcurrir del tiempo volvió a tener problemas para mantener una formación estable y comenzaron a desfilar distintos profesionales. Primero grabó The King Of Metal en 2012 y posteriormente se embarcó en la trilogía Infinite Entanglement, para la que contó con una serie de colaboradores y músicos de sesión. La primera parte se publicó en 2016, al año siguiente le siguió Endure And Survive y en 2018 cerró el ciclo The Redemtion Of William Black.

Mientras tanto, Blaze y sus antiguos colegas fueron reactivando periódicamente Wolfsbane hasta que en 2010 reanudaron definitivamente sus actividades. En esta nueva etapa han publicado dos EP's un álbum en directo y otros dos en estudio.

Entre 2014 y 2015 Blaze también estuvo vinculado como invitado especial a la banda búlgara de heavy metal John Steel, sin reportar demasiada repercusión aunque con el tiempo suficiente para grabar el álbum debut del grupo titulado Freedom.

A Bayley, no le ha faltado trabajo pues ha sido requerido para colaborar con numerosos artistas además de dedicarse a presentar sus trabajos en directo con bastante asiduidad, ante todo en Europa, fruto de ello son los numeroso álbumes en directo que ha publicado, más de una docena desde 2014. 

Este 2024 está previsto que lance en nuevo álbum el próximo febrero titulado Circle Of Stone, sucesor de War Within Me, aparecido en 2021.


LOS ALBUMES 


THE X FACTOR

Lanzado originalmente en octubre de 1995, The X Factor, fue producido y mezclado por Steve Harris junto al ingeniero de sonido Nigel Green. Era el primer álbum desde Killers en el que no estaba detrás de los controles Martin Birch, factor decisivo del sonido de Iron Maiden, retirado en aquellos momentos. Su ausencia fue determinante.

Por entonces tampoco formada parte de Iron Maiden el guitarrista Adrian Smith, que había dejado el grupo en la misma época que Bruce y no volvería hasta diez años después. Su sustituto, Janick Gers, compartía tareas de composición junto a Harris, así como Blaze, que intervino en varias canciones. Dave Murray se quedó al margen.


En su momento, no obtuvo buenas críticas por parte de la prensa especializada mientras que los seguidores del grupo lo recibieron con desconfianza. Seguramente, en ambos casos, condicionados por la "traumática" ausencia de Dickinson y, quizá, porque el álbum está rodeado de una atmósfera oscura de tonalidades mas bien tristes y melancólicas. La temática de las canciones, suicidio, depresión, etc, no invitaban a demasiadas alegrías.

La portada también rompía los esquemas con la presencia de un Eddie que daba pena por el sufrimiento que transmitía y lo realista de su imagen, alejada de aquellos míticos dibujos de Derek Riggs




LAS CANCIONES



SIGN OF THE CROSS

Nada mejor que unos cantos gregorianos para comenzar un álbum sombrío. Sus más de once minutos de duración nos dejan en primer plano a una batería con un sonido de producción analógica muy de los primeros ochenta, así como una larga parte instrumental que cuenta con la típica presencia del bajo apoyando a las guitarras que, salvo una intrincada parte solista, permanecen en segundo plano. Blaze Bayley aporta una excelente labor, a pesar de que es un tema decantado hacia la instrumentación, las partes vocales destacan por su solidez y sentimiento.

LORD OF THE LIES

La entrada de batería y bajo, con riff de apoyo, es muy atractiva. El ritmo que Nicko McBrian adopta aquí está cercano al estilo de John Bonham, más que al clásico heavy metal. Harris añade cuerpo al ritmo con el bajo, como es habitual y Bayley vuelve a convencer; mientras las guitarras crean el ambiente necesario pero manteniendo un perfil bajo en cuanto a protagonismo

MAN ON THE EDGE
Después del entristecido ambiente de los dos primeros temas, "Man On The Edge" aporta alegría con su veloz ritmo y su pegadizo estribillo, en el que Bayley destaca y del que tomará buena cuenta posteriormente para sus actuaciones en directo incluyendo el tema en su repertorio más habitual. Un destacado solo de Gers compensa las partes rítmicas de guitarras que siguen siendo menos vistosas que las de bajo y batería.





FORTUNES OF WAR

Volvemos a las atmósferas oscuras con un lento inicio acústico, voz suave de Blaze y potente ritmo marcado de forma intermitente hasta que entra la guitarra y va progresando para desembocar en el típico galopar "made in Maiden" con la presencia más destacada de las guitarras y siempre con la pegada de la batería presente. Un tema difícil de asimilar excesivamente largo con una parte central cansina.

LOOK FOR THE TRUTH
Otro tema con un largo y lento tramo inicial, con repentina entrada de la instrumentación en la que destaca la batería marcando el ritmo acompañada por un enérgico registro vocal. En la parte final las guitarras toman el protagonismo sin que desaparezcan de escena batería y voz, esta última parece tener dificultades para encajar del todo en el contexto instrumental. Canción poco fiel a las estructuras más habituales donde asoman elementos progresivos.

THE AFTERMATH
Volvemos a encontrar una batería con golpeo inspirado en John Bonham, mientras aumentan los parámetros progresivos. La atmósfera es lúgubre con Bayley aportando sentimiento. Tiene interesantes cambios de ritmo, lento, cadencioso y finalmente vibrante, acompañado de un solo de guitarra. Algo complejo pero mucho más interesante que los dos anteriores.

JUDGEMENT OF HEAVEN
Se acentúan las texturas progresivas sin abandonar las tonalidades sombrías. Cuenta con una dinámica rítmica persistente mientras que la voz es más melódica y accesible. Posee partes de guitarra de atractivas armonías.

BLOOD ON THE WORLD'S HANDS
Si hablamos de influencias progresivas, esta pieza es el mayor ejemplo con un solo inicial que recuerda al que ejecuta Schris Squire en el tema "Fish" de Yes. La batería vuelve a ser un elemento importante en la estructura de la canción, con bajo y guitarras creando un seductor ritmo. Los solos de guitarra son más vanguardistas que nunca. Un gran tema alejado del tradicional heavy metal.

THE EDGE IF DARKNESS
Otro inicio lento que ocupa una tercera parte de la canción, para ir repuntando entre armonías distintivas del sonido Maiden. Asimismo, cuenta con excesivo protagonismo de la voz. Poco brillante.

2 A.M.
Seguimos con los inicios lentos y con la batería marcado las directrices dinámicas, con repentinos arrebatos instrumentales y con la voz llevando la batuta en largos tramos. Destaca el solo de guitarra melódico y dotado de una sensibilidad especial, distinto de lo habitual.

THE UNBELIEVER
Segundo tema más largo del álbum con más de ocho minutos de duración en el que los británicos amplían sus horizontes progresivos creando diversas atmósferas y dinámicas rítmicas. De las mejores del álbum para seguidores pacientes y de mente abierta.


EL VEREDICTO 

En el hecho de que Steve Harris descartara en su momento a Michael Kiske y André Matos para sustituir a Bruce Dickinson, se puede adivinar que el bajista tenía un concepto claro de lo que deseaba para el siguiente álbum de Iron Maiden y el tono vocal de Blaze Bayley, más bajo que el de Bruce, encajaba en la atmósfera oscura de las composiciones. Si a esto añadimos la opaca producción, el resultado es una grabación sombría, alejada de cualquier atisbo de luminosidad, aquella que proporcionaban las armonías a doble guitarra. En esta ocasión, si las hay, quedan disimuladas por una producción ineficaz.

Los inicios lentos de todas las canciones son una auténtica prueba de paciencia que, en los tiempos actuales, todavía soportarían menos los aficionados, habituados a otro sistema de escuchar música.

También es excesivamente largo, más de 70 minutos que llegan a cansar en determinados momentos.


VIRTUAL XI



Tres años después, Steve Harris y Nigel Green repetían tareas de producción. La composición recaía casi totalmente sobre el bajista, con un par de apariciones de Dave Murray y alguna de Blaze Bayley, mientras que Janick Gers quedaba casi marginado, con solo una colaboración, precisamente en el tema titulado en español “Como Estáis Amigos”, centrado en la guerra que sostuvieron Inglaterra y Argentina por las Islas Malvinas.

Además de coincidir con la cronología de los álbumes de la banda, el título es una referencia al fútbol así como a la tecnología que se imponía en aquellos momentos y que se aprovechó para lanzar un videojuego que llevó por título Ed Hunter, que fue un fracaso. La portada tampoco resultaba atractiva con un Eddie bastante desagradable. 



LAS CANCIONES


FUTUREAL
Virtual XI arranca con una pieza demostrativa de la dinámica rítmica típica de Iron Maiden. Incluye un aceptable solo de guitarra, es pegadiza y Blaze Bayley no desentona. No es un mal tema, podría encajar en otros álbumes de los británicos, pero a un nivel inferior con respecto a su producción acostumbrada.




THE ANGEL & THE GAMBLER
Larguísima pieza de casi diez minutos que bien podrían haber compuesto The Who. Apartada de los parámetros de la banda británica, cuenta con diversas alternativas, un solo de guitarra muy "setentero", protagonismo de los teclados y un Blaze Bayley que se desmarca totalmente de la sombra de Bruce Dickinson. Algo repetitivo pero no es un mal tema si tenemos en cuenta las distancias que lo separan del sonido más reconocido de Iron Maiden.

LIGHTNING STRIKES TWICE
Aquí, en cambio, aparece un característico riff, seguramente debido al aporte de Dave Murray en la composición. El registro de Bayley es más agresivo mientras que la instrumentación se acelera poco a poco y aparecen las guitarras para añadir vitalidad.

THE CLANSMAN
Otro de los temas más extensos del álbum con una larga introducción que da paso a una accesible y atractiva dinámica rítmica, adornada con sugestivas armonías guitarreras. Bayley también le sacaría partido en el futuro, al igual que Iron Maiden. Hubiera podido ser más interesante acortando las excesivas partes lentas y una mejor producción porque lleva impregnado al ADN de los británicos.

WHEN TWO WORLDS COLLIDE
Bajo y guitarras dominan con un ritmo tradicional mientras la batería apoya en segundo plano. Un par de solos de guitarra le dan fuerza pero las partes vocales no terminan de convencer.

THE EDUCATED FOOL
La voz se aleja de las texturas inherentes a Iron Maiden y, consecuentemente, parece que escuchemos a otra banda. Cuenta con detalles interesantes alternados con otros muy convencionales.

DON'T LOOK TO THE EYES OF A STRANGER
Cargante, espeso y con una pobre base rítmica, a lo que hay que añadir su larga duración. Solo se salvan algunas partes de guitarra.

COMO ESTAIS AMIGOS
Cierre mediocre dedicado a los soldados de la Guerra de las Malvinas. Simplón y sensiblero.



VEREDICTO

Menos oscuro que su predecesor, sin embargo se mantuvo la baja calidad de la producción. La batería desapareció del primer plano para quedar bastante apagada y sin cuerpo. Las guitarras ganaron protagonismo pero sin deslumbrar. Si en The X Factor al menos se contemplaba un intento de incursionar en el terreno de lo progresivo, aquí se notaba falta de solidez en la creatividad con temas alejados del contexto más atractivo del grupo a lo que contribuyó también el registro vocal de Bayley siguiendo unas pautas más propias de sus cualidades para marcar más distancias con respecto a Dickinson. Es normal que tenga el dudoso honor de tratarse del peor álbum de Iron Maiden.




CONCLUSIONES

Al repasar tanto Fear Of The Dark como Brave New World, lanzamientos anterior y posterior a la etapa Blaze Bayley, se pueden sacar algunas conclusiones.

En primer lugar, y a pesar de que no son de los mejores álbumes de la carrera de los británicos, la producción mantiene una coherencia con el sonido característico de Iron Maiden. En el caso de Fear Of The Dark se puede sugerir, y con razón, que la presencia de Martin Birch, es decisiva, mientras que en Brave New World entró en escena otro reputado maestro de los controles como Kevin Shirley (Dream Theater, Doro, Liquid Tension Experiment, Mortal Sin, Rush, etc), quien a partir de ahí se haría cargo de la producción de las siguientes grabaciones.

Obviamente, otro factor determinante es la presencia de Bruce Dickinson. Cuando volvemos a escuchar su voz, más se nota la imposibilidad de sustituirle sin que no se resienta la personalidad de Iron Maiden.

Más allá de reconocer que en el apartado compositivo hubo un bajón de creatividad, con toda seguridad, las canciones de The X Factor y Virtual XI sonarían mejor con la producción adecuada.

Otro punto a tener en cuenta es la ausencia de Adrian Smith. No olvidemos que participó en la composición de algunos buenos temas desde The Number Of The Beast hasta Seventh Son Of A Seventh Son. Coincidencia o no, con su alejamiento llegaron álbumes menos imaginativos. Pero eso forma parte de otro debate. 


ANTERIORES ENTREGAS

Black Sabbath e Ian Gillan

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